El hombre cangrejo topó con la pared. De nada le sirvió su actitud esquiva; tampoco sus grandes pinzas.
Pasado un buen rato, cuando afrontó la situación, descubrió que podía trepar.
Pd.- Para Óscar Ñi
El hombre cangrejo topó con la pared. De nada le sirvió su actitud esquiva; tampoco sus grandes pinzas.